por Daisy Colon
Hace algunos años, cuando estudiaba en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, escuché una melodía muy particular que quedó grabada en mi mente. Una ejecución de un conjunto de música popular donde comenzaba con un solo de flauta precedido de la unión de sonidos del Bajo, la Guitarra Eléctrica e instrumentos de percusión al compás del Latin Jazz. Esa maravillosa ejecución era titulada María Cervantes de Norosvaldo “Noro” Morales.
Noro Morales fue pianista, trombonista, contrabajista, compositor y director de orquesta. Nació el 4 de enero de 1911 y falleció a los 53 años el 15 de enero de 1964. Provenía de una familia de músicos, sus hermanos también mostraron gran interés por la música y su padre era violinista. Su familia se traslada a Caracas, Venezuela cuando sólo tenía 13 años ya que su padre fue invitado por el entonces presidente venezolano Juan Vicente Gómez para ejecutar junto a sus hijos, como la orquesta de actividades oficiales. La orquesta se desintegró regresando Noro y sus hermanos a Puerto Rico en el 1930.
En el 1937 se establece en Nueva York. Para la década de los años cuarenta y cincuenta su carrera giró en este Estado de los Estados Unidos, donde fue conocido en el ambiente latino como “El Rumba Man y El Rey de la Música Latina”. Vivió cerca del magistral compositor Rafael Hernández, del cual grababa su música y utilizaba parte de su lírica en sus canciones. En los años cuarenta, Morales visitaba varios clubs nocturnos muy conocidos de Nueva York y ya para los cincuenta su orquesta viajaba a varios países de Latinoamérica y Europa. A partir de 1960, Noro se establece nuevamente en Puerto Rico. Es autor de “Bim Bam Boom, Indiferencia, Oye Negra, Vitamina, Walter Winchell Rumba, What Happened Baby, Oye Men, María Cervantes” entre otras exitosas piezas.
Una de las piezas más famosas de Noro Morales fue María Cervantes. La compositora y pianista a quien Noro honró con dedicarle una pieza titulada con su nombre, nace en La Habana, Cuba el 30 de noviembre de 1885 y fallece el 8 de febrero de 1981. Para el 1949 aproximadamente, Morales fue a La Habana y conoció a la pianista Cervantes.
Ella le mostró un álbum de partituras con sus composiciones de danzas. A Noro le fascinó una particular, de la que recibió copia. De vuelta a Nueva York la adaptó a un ritmo más bailable para grabarla a una sección rítmica. Tituló la obra “Variaciones sobre un tema de María Cervantes”. El productor Ralph Pérez de Ansonia Records, le sugirió que simplificara el título con el de “María Cervantes”, porque de la manera que pretendía identificarla daba la impresión de que se trataba de una composición del género clásico. La obra se convirtió en un estándar que luego grabarían innumerables pianistas. (López, 2011, p. 18)
Esta pieza ha trascendido varias décadas dejando plasmado como si ella misma homenajeara más a su propio compositor que a la pianista a quien le fue dedicada. Es hoy día ejecutada por muchos músicos alrededor del mundo. Nunca olvidaré la sensación que dejó en mí la primera vez que escuché esta pieza, y el orgullo que siento de ejecutar en el escenario tan extraordinaria composición de un puertorriqueño, un músico destacado como lo fue Noro Morales.
Referencias:
López, M. (2011). Noro Morales (1911-1964) en su centenario: Forjador de la escuela pianística boricua en la música popular caribeña. Recuperado de www.kooltouractiva.com
Daisy Colon
Daisy E. Colón Ramos es estudiante del Programa Doctoral de Educación con espcialización en Currículo y Enseñanza de a Universidad Interamericana de Puerto Rico, recinto de San Germán Campus. Es también flautista y maestra de música en la Escuela Libre de Música Ernesto Ramos Antonini en Mayaguez P. R.
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