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Mario Bauzá: Padre del jazz latino - Freddy Russo



Freddy Russo, Musicólogo ecuatoriano

Conmemorando los 20 años de su desaparición física ocurrida en Manhattan, el 11 de julio de 1993, vamos a descargar su sonera trayectoria musical de jazz latino.

Descendiente de esclavos kongos de la tribu de los Bantú, Mario Prudencio Bauzá nació en el barrio Cayo Hueso de La Habana el 28 de abril de 1911. Cubano y conversón, de carisma saleroso, mataperro y amiguero. Estudió por iniciativa de su padrino flauta y clarinete en el Conservatorio, incorporándose luego a la Orquesta Filarmónica de la Habana. De allí salto —cuando apenas tenía 14 años— a experimentar en las orquestas de Felipe Valdés, Juanito Zequeira y Raimundo Valenzuela que interpretaban movidos danzones.

“En estas orquestas —cuenta Bauzá— aprendí a transportar al público oyente hacia el Monte, lugar sagrado donde descansan los dioses y se inicia la ensoñación que el Son produce”.(1)

Después pasó a formar parte de una de las mejores orquestas de danzón cubano, la de Antonio María Romeu compositor del danzón Tres Lindas Cubanas. Con esta orquesta viaja por primera vez a Nueva York, en 1926. En la metrópoli se dejó seducir por el jazz, identificándose inmediatamente al ver que los mejores músicos eran descendientes de africanos. Visitó el barrio Harlem donde el jazz se había asentado después de haber nacido en la plaza de los kongos en New Orleans, a mediados del siglo XIX.

“La orquesta de Antonio Rameu me enseñó a tocar el clásico sonido caribeño: abundante montuno en su melodía y un delicioso tumbao en el ritmo”. (2)

De regreso a La Habana en el barco, conoce a Antonio Machín con quien hace una amistad fructífera y le propone tocar la trompeta en su cuarteto de jazz para realizar algunas grabaciones. Mario que no conocía la técnica del instrumento dominó en poco tiempo y se incorporó en el conjunto. Estudió fraseos, partituras y hasta compuso varias piezas, la competencia en La Habana por esos años empezó a ser muy exigente, había músicos y compositores consagrados como Manuel Corona, Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona, Moises Simons, García Caturla y otros. Era la década de las inversiones de gringos adinerados que inauguraban todo tipo de centros nocturnos y de diversión: bares, cabarés, casinos y por supuesto, grandes hoteles como el Miramar, el Savoy, Palace, Saratoga, etc., para alojar a miles de turistas. Sin exagerar, al final de la década de los treinta, La Habana llegó a contabilizar más de 7.000 centros de diversión. La causa: el acta Volstead USA que había prohibido en Estados Unidos la venta de bebidas alcohólicas, haciendo consecuentemente que Cuba fuera el paraje obligado del turismo norteamericano.(3) A pesar de esta enorme oportunidad para los músicos, a Bauzá nunca se le quitó Nueva York de la cabeza y partió con la ilusión de experimentar nuevos sonidos, nuevas fusiones de ritmos afrocubanos con el jazz . Llegó a la Gran Manzana a bordo del vapor Oriente, el 13 de abril de 1930, acompañado de tres bongoseros que venían embarcados sin trabajo porque el dictador Gerardo Machado —a quien el poeta Rubén Martínez Villena lo llamó “Asno con Garras”—, había prohibido el uso del bongo en charangas y orquestas de Cuba.

Bauzá soñaba: “…quería una banda grande, potente y que sonara también a lo americano”.

Mario Bauzá fue uno de los primeros inmigrantes que conformaron, años más tarde, la populosa colonia latina. Bauzá empezó tocando en diversas orquestas de swing; primero fue saxofonista en la orquesta de Noble Sissle (1931-38) y luego pasa a la orquesta del legendario baterista Chick Webb como trompetista y director musical. Fue además responsable del descubrimiento y presentación en público de la cantante Ella Fitzgerald. Entre 1936 y 38, formó parte de la orquesta de Cab Calloway, en la que introdujo novedosas percusiones afrocubanas e incorporó al trompetista Dizzy Gillespie.

Contrajo matrimonio con Estela Grillo —una de las hermanas del músico Frank Grillo “Machito”— estableciendo residencia en la calle 116 del Alto Manhattan, lugar donde vivieron 50 años. Su casa, —cuentan los vecinos— era más concurrida que el consulado de Cuba; todo músico caribeño que pasaba por Nueva York le visitaba para saludar o pedirle favores de ubicación o de trabajo. Mario Bauzá fue como un “padre” para los inmigrantes antillanos.(4)

Siempre repetía: “¡Oye chico, la gente camina con ritmo, habla con ritmo y come con ritmo! Por eso jamás me olvido de ponerle saocco y sandunga a mi música”. (5)

En 1938, Mario Bauzá logra convencer a su cuñado Frank Grillo “Machito” que se traslade a Nueva York para conformar una orquesta. Musicalmente se conocían muy bien y eran cuñados, ambos ya habían tocado juntos en La Habana, donde el uno era el alimento y el otro el condimento de la música sonera. En ese año deciden hacerse socios y organizan una orquesta grande, uniendo lo afrocubano con la estética del jazz norteamericano. Músicos caribeños como Luciano “Chano” Pozo, José “Buyú” Mangual, Francisco “Chino Pozo” Valdés, Alfredo “Chocolate” Armenteros y la cantante Graciela Grillo, hermana de Machito se incorporaron al proyecto. Debutaron el 3 de diciembre de 1940 en el Club La Conga, ubicado en la calle 52 y Broadway o como bien lo dice el investigador Max Salazar en su libro Mambo Kingdom “…pusieron a bailar a la ciudad de los rascacielos con Sopa de pichón, La paella y La parábola Negra de Obdulio Morales, junto a Que vengan los rumberos; permaneciendo allí cuatro años.”(6)

Partida de nacimiento del jazz latino

Con los años, Machito y sus Afrocubanos bajo la dirección de Mario Bauzá, que tenía claras concepciones jazzísticas en los aspectos armónico, tímbrico y orquestal; buscaron mayor densidad para su orquesta que las agrupaciones cubanas tradicionales y la banda pronto contó con el arreglista René Hernández, tres trompetas, dos trombones y cinco saxos, a más de las congas, los timbales, el güiro y las claves que son instrumentos de percusión que conforman la sonoridad latina. La orquesta fue matizándose con un contexto que como “una trenza” tomaba armonías del Be/bop transportadas al Cu/bop, aportando un sonido espectacular que hacía delirar a los bailadores. Como testimonio de esta primera e histórica fusión está el célebre disco: South of the Border(*) en los temas Mango Mangue, Okiedoke y No Noise, en el que toca Charlie Parker en la Orquesta de Machito bajo la dirección magistral de Mario Bauzá. La vinculación entre los músicos de jazz americano y de música Afro-cubana no era distante, al contrario hubo una relación de admiración y aporte mutuo. Las cualidades profesionales, técnicas y artísticas eran al mismo nivel y la fusión tenía que ser un evento natural. Ni el mismo Charlie Parker, ni Dizzy Gillespie —que iban a La Conga con frecuencia— ni Mario Bauzá, pudieron definir con exactitud la fecha y la hora de la fusión fértil del nacimiento del jazz latino. Sin embargo, la musicóloga Isabelle Leymarie narra objetivamente como el inicio oficial del Cubop o jazz latino, “…en un ensayo de la orquesta, los músicos se pusieron a improvisar sobre diferentes melodías. Sobre el tema Botellero, Mario Bauzá inventó una melodía sobre la que Machito, agregó palabras africanas [del vocabulario Anagó en Lucumí], quedando para la historia como Tanga (7). Esta fue estrenada el 28 de mayo de 1943 en el Club La Conga, siendo sus directos motivadores el pianista Luis Varona, el bajista Julio Andino y el timbalero Ubaldo Nieto, tema que lo tocaron al día siguiente en el Club Park Palace que quedaba en la calle 110 y la Quinta Avenida. Tanga quedó por muchos años como el tema de presentación de la orquesta y se tocaba de memoria, esto es, sin usar partituras. Y un poco antes de realizar la primera grabación incorporaron al joven percusionista Tito Puente”. (8)

Mario Bauzá expresó: “Como un matrimonio perfecto. Una cariñosa unión natural, como un árbol que tiene la misma raíz, el mismo tronco (que viene de África) con dos ramas distintas: afrocubano y jazz.”

Difusión del Cubop o Jazz latino

La difusión y desarrollo del Cubop giró en torno al productor Norman Granz, sin el cual nunca hubiera existido el jazz latino; como Jerry Masucci lo fue años después para la Salsa. Granz fue un empresario que además de poseer un gusto musical muy particular, fue un visionario para los negocios; organizaba conciertos y los grababa. Señalamos uno como el más célebre, organizado en el famoso Carneghie Hall , para impulsar el nuevo sonido, la nueva fusión, Granz presentó un cartel de lujo junto a orquestas norteamericanas como la del Duke Ellington, Lester Young, Bud Powell, Charlie Parker, Coleman Hawkins y la orquesta de Machito y los Afrocubanos. Una oportunidad que no podían desaprovechar los afrocaribeños. En esa noche inolvidable lograron retumbar el coloso, por esos años el Carneghi Hall, otorgaba el pasaporte a la fama.(9)

Acto seguido, Machito y los Afrocubanos pasaron a tocar en el Blen Blen (bautizado así, por la famosa rumba de Chano Pozo) y luego en la inauguración del lujoso Palladium Ballroom, en Broadway y la 53; bajo la administración de Tommy Morton, quien había convencido a los propietarios cambiar los repertorios argumentando algo que era verdad en esos tiempos: la gente ya no bailaba foxtrot, ni siquiera el viejo swing. A la gente le gustaba el be-bop y sobre todo los ritmos cubanos: el mambo y el Cubop. Y en este flamante imperio latino, con capacidad para 1.000 parejas, la orquesta conducida por Mario Bauzá tocó casi ininterrumpidamente desde 1947 hasta 1966, compitiendo dos años más tarde de la inauguración con las orquestas de Tito Puente y Tito Rodríguez.

El movimiento Cubop, incluso tiene su grabación símbolo, memorable, en el disco: Machito and his Afro-Cubans-Cubop City (**); grabado en vivo en 1950, con la participación del trompetista Howard McGhee (uno de los fundadores del Be-bop), los saxofonistas Brew Moore (discípulo de Lester Young), Flip Phillips y las cantantes Ella Fitzgerald y Graciela Grillo, hermana de Machito. Esta grabación despertó un gran interés en los músicos de jazz de la época del bop, porque se trata de un compacto pletórico de cultura afro-cubana con nuevos aportes jazzísticos. Temas íconos como: Blen, blen, blen (4´25”) una evocación a Chano Pozo con una sesión de bongó magistral; Si, si, No, no (6´55”) hermosa canción que demuestra por qué era una estrella Graciela Grillo; Vacilando (3´53”) estupendo diálogo de vientos con un solo de saxo evocador al final; Llora Timbero (4´34”) demostración de afinación rítmica, melódica y un soneo impecable; Hordward´s Blues (5´22”) versión típica del Cubop en fusión de son y blues; Cubop City (9´54”) tema en el que se dan el lujo de incluir la clave o sea el patrón rítmico cubano; El Rey del Mambo (4´17”) Machito con las maracas deslumbra en este tema; Bop del Champagne (5´18”) un diálogo contrapuntístico prodigioso entre el piano y los vientos; Tanga (5´18”) tema-orgullo del Cubop, magistral demostración de arte musical percusivo; Bucabu (3´20”) un virtuosismo del scat afrocubano en la voz de Ella Fitzgerald. Y la grabación termina con One O´clock leap (4´31”) virtuosa fusión instrumental y vocal en la que Graciela Grillo realiza un solo de scat inolvidable.

En fin, a modo de conclusión podemos decir que la línea estilística de Mario Bauzá con Machito y los Afrocubanos durante los 35 años que estuvieron asociados, conservó una dinámica tradicional que se adaptó a la modernidad. La conjunción de lo musical y lo social para el análisis de su obra están reflejados, en su Fantasía Cubana y luego en Cubauzá, El As de la rumba, Dale Jamón a la Jeva y La feria de las flores, entre decenas de temas y canciones más.

En pocas palabras, Mario Bauzá con Machito y los Afrocubanos establecieron un apasionado romance musical entre La Habana, Cuba y el Harlem de Nueva York en Estados Unidos, inaugurando una nueva vertiente en el jazz; que nos caracteriza como latinoamericanos y nos hace sonoros y soneros doblemente valiosos.

NOTAS AL PIE

1. Entrevista que el musicólogo Leonardo Padura le hizo a Mario Bauzá en el Bar La Catedral, el límite entre Harlem y El Barrio en Nueva York, una tarde de noviembre de 1992, señalando en su introducción el autor con un énfasis categórico, que en lugar de usar una gorra de corduroy: “el maestro debería tener una triple corona: El primer Rey del Latin Jazz, el mayor cultor del Son cubano en USA y el primer patriarca de la fusión musical luego conocida como Salsa que ha servido de pauta para diversos estudiosos del jazz latino”.

2. Lydia Cabrera, ANAGÓ, Vocabulario Lucumi, El Yoruba que se habla en Cuba, (Expresiones populares ligadas a la música) Colección del Chihereku. La Habana,

3. Louis A. Pérez, On Becoming Cuban – Identity, Nationality & Cultura Univerity of North Carolina Press – HarperCollins, págs. 169 - 171, año 1999.

4. Isabelle Leymarie, Cuban Fire – The Story of Salsa and Latin Jazz – Continuum - London/ New York – 2002, pag. 231

5. José Sánchez-Boudy en su Diccionario Mayor de Cubanismos Editorial Universal, Miami-Florida, año 1999, página 617

6. Max Salazar, Mambo Kingdom – Schirmer Trade Books – New York, London, Paris, Sydney, Madrid, Tokio- año 2002 – pág. 237. (La traducción es nuestra)

7. Tanga, palabra africana, usada en el argot de los músicos caribeños con el significado de marihuana.

8. Isabelle Leymarie, obra citada, pag. 171- 172. Leonardo Acosta en su libro Raíces del jazz latino, también considera que Tanga, de 1943, fue en realidad la primera pieza de jazz afrocubano o “latino”.

9. Lo que acabamos de señalar, son varios los autores que coinciden: Max Salazar en sus diversos artículos para la revista Latin Beat y en su gran libro El Reino de Mambolandia (Mambo Kingdom- Latin Music in New York), Leonardo Padura (2002), Isabelle Leymarie (2002), Raúl Fernández en su tratado de Latin Jazz – La Combinación Perfecta - páginas 40, 44, 45, 46 – Chronicle Books–San Francisco– Smithsonian Institution 2002.

Enlaces

(*) South of the border

http://chumanceralatinjazz.blogspot.com/2009/09/charlie-parker-south-of-border.html

(**) “Machito and his Afro-Cubans-Cubop City”

http://www.freshsoundrecords.com/cubop_city-cd-1289.html

1 - Fuente texto enlace / http://www.telegrafo.com.ec/cultura/carton-piedra/item/mario-bauza-padre-del-jazz-latino.html

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