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Izzy Sanabria: El portavoz de la salsa - Juan Carlos Chávez




Por Juan Carlos Chávez
CENTRO Tampa Publicado en: December 3, 2015Actualizado en: December 8, 2015 at 09:41 AM
TAMPA -- Poco antes de cumplir 18 años, Izzy Sanabria ya ganaba su propio dinero. Lo hacía decorando vistosos carteles, diseñando grabados en algunas vitrinas de pequeños negocios, en el Bronx, y trabajando en horas de la noche en el mítico club neoyorquino Tritón.

Era fines de la década de los cincuenta y se respiraban épocas de transformaciones. Sanabria se recuerda en ese entonces como un tipo que, a pesar de su juventud, parecía estar curtido por el tiempo. No le tenía miedo a nada porque estaba decidido a ser alguien en la vida. Su rebeldía era necesaria.

“Tenía, además, una personalidad extrovertida. Siempre me comporté así, desde la escuela”, dijo Sanabria en una entrevista con CENTRO Tampa.

Sanabria es hijo de un matrimonio puertorriqueño que se trasladó a Nueva York en un momento en el que las ciudades empezaban a engullir nuevas oleadas de inmigrantes y las noches de fines de semana se convertían en espacios que intentaban trascender en el tiempo.

Hoy, el nombre de Izzy Sanabria, conocido como Mr. Salsa, está íntimamente ligado al género de la salsa y, cómo no, a la Fania All Stars, la agrupación más emblemática de todas las que han pasado por el curso de este género musical.

La Fania es una orquesta que marcó un antes y un después en la industria del entretenimiento a partir de los sesenta. Desde su arranque fue integrada por los cantantes y músicos más destacados del sello Fania Records. La lista es tan larga como nutrida: Tito Puente, Celia Cruz, Larry Harlow, Ray Barretto, Ralfi Pagan, Luis ‘Perico’ Ortiz, Bobby Valentin, Ismael Miranda, Rubén Blades, Héctor Lavoe, Willie Colón y muchos otros.

La disquera Fania fue creada por el abogado, empresario y promotor estadounidense Jerry Masucci, y el músico de origen dominicano, Johnny Pacheco. Fania, como sello, fue conocida dentro y fuera de Estados Unidos por sus esfuerzos descomunales en la promoción de la música salsa para llevarla a un nivel que fuese tan reconocido y valorado como otros géneros musicales.

Desde su experiencia personal, Sanabria fue el maestro de ceremonias de la Fania All Stars y, durante más de dos décadas, el artista que, con rigor y destreza, se hizo cargo del diseño de las carátulas de los discos de la orquesta.

Las carátulas que empezaron a asomar en el mercado con la firma de Sanabria no sólo reinventaron la forma de presentar los álbumes del género. También fortalecieron el universo musical latino en Estados Unidos.

La primera carátula que hizo Sanabria fue para el disco de Pacheco, titulado ‘Pacheco y su charanga’. El diseño fue inspirado por el estilo y los movimientos de Pacheco cuando éste tocaba su flauta en sus conciertos.

Sanabria conoció a Pacheco en Tritón y, cuando el dominicano se abrió paso con su disquera Fania junto con Masucci, Sanabria fue nombrado director de arte.

Con su febril talento creativo, o acaso una pasión desmedida, Sanabria rompió esquemas de la mano de un talento que descubrió -de manera temprana- cuando era un adolescente.

“Irónicamente mi carrera entera fue establecida en los primeros tres o cuatro años de la escuela secundaria”, dijo Sanabria, quien vive en Tampa y atesora en su hogar los recuerdos de la época de oro de la salsa. “Sabía lo que quería hacer”.

La interpretación artística de Sanabria sobre la salsa y la naturaleza del género hizo posible un viraje que potenció su identidad cultural. El propósito era que la opinión pública estadounidense, y los medios de prensa en general, observasen con otros ojos a esa cultura rítmica y de origen hispano, llamada salsa, que se multiplicaba en las calles del Bronx.

Y es que, según Sanabria, no había promoción ni tampoco interés comercial para mejorar la estrategia de ventas de la salsa.

“No se escuchaba una voz ni teníamos peso en los medios estadounidenses, es decir en inglés, porque nosotros éramos hijos de una generación que llegó al país a trabajar y muchos de nuestros padres no tenían educación o preparación universitaria”, puntualizó Sanabria. “Los americanos ignoraban la salsa porque la veían como una música media negra y algo vulgar. Todo eso fue cambiando”.

En su larga trayectoria como maestro de ceremonias, Sanabria le puso clase y originalidad a las presentaciones de la orquesta Fania alrededor del mundo. Al mismo tiempo logró contagiar al público con un toque de alegría y originalidad que llamaba la atención de todo aquel que lo veía parado en el escenario. Su versatilidad y entrega quedaron para la historia en antiguas colecciones, como se puede escuchar en los discos “Live at the Cheetah” (1971) y “Live at the Yankee Stadium” (1973).

El éxito y la popularidad de Sanabria llegaban al punto de que algunos músicos se ponían celosos por el protagonismo que irradiaba su presencia. Sanabria revive aquellas experiencias con un toque de gracia y ninguna cuota de resentimiento.

“Quizá hubo cierta envidia o recelo por la publicidad que estaba tomando, pero es que yo desarrollé una personalidad, un personaje, en diferentes ambientes”, dijo Sanabria. “Era el maestro de ceremonias de la Fania y tenía que hacer mi trabajo. Eso incluía mis trajes, mi tono de voz, lo que llevaba puesto. Pero algunos músicos eran muy serios porque tenían la influencia de la gente del jazz”.

Paralelamente a su trabajo en la dirección artística Sanabria fundó en los setenta “Latin NY Magazine”, una revista de culto que inmediatamente se convirtió en portavoz del género y las artes latinas en toda su expresión. Duró hasta mediados de la década de los ochenta.

“La revista llegó hasta el 85 y realmente hizo mucho”, indicó Sanabria, de 76 años. “El mayor orgullo es la cantidad de jóvenes que se expresaron en sus páginas y tuvieron la oportunidad de empezar en este medio”.

Aurora Flores, ex editora de “Latin NY”, dijo que la dedicación y entrega de Sanabria marcó un hito.

“Él hizo mucho por la salsa y el arte”, sostuvo Flores. “Nos abrió muchas puertas. Yo conocí, por ejemplo, a Tito Puente precisamente por una asignación de la revista. Fueron épocas muy bonitas”.

Rodrigo Balseca, un cineasta que está trabajando en un documental que se estrenará dentro de poco acerca de la obra e historia de vida de Sanabria, lo calificó de único.

“Izzy promocionó el nombre de la salsa y el género como pocos’, agregó Balseca. “Es un hombre que tiene mucho que contar”.

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